Se me resbalan las palabras,
entre mis dedos,
se escapan.
Y me dicen que no debería dejarlas ir hasta que no sean perfectamente lo que deben ser.
Hasta que me hagan justicia sin error a lo que quiero decir.
Pero como villana voy corriendo por todas las esquinas
donde suelen esconderse
y las espanto.
Las corro con la escoba.
Que no quede ni una sin ver el sol.
Se me resbalan las palabras,
entre mis dedos,
se liberan.